De nuevo estamos en una nueva andanada
terrorista sobre una medio Europa, la cual se recobraba malamente del atentado
de París, y jugaba sus piezas de domino geopolítico con Grecia y Turquía en el
conflicto con los refugiados iraquíes, eso sí después de meter unos y otros las
manos en la mitad de los conflictos de medio mundo.
No habíamos salido del espanto de la acción armada en
Paris, por parte de dos yihadistas (neologismo
occidental para describir las ramas violentas y radicales del Islam político,)
contra la revista satírica Charlie
Hebdo, donde han muertos unas 12 personas, entre ellas
algunos Hermanos
masones,, y ahora una escalada de
atentados en Bélgica que ya ha dejado una buena caterva de muertos y cientos de
heridos, lo cual hace que de nuevo tengamos que reflexionar seriamente sobre una
situación que se puede volver insostenible, y que puede ser todo un revulsivo
para que se dé una convulsa situación de caos y persecución.
En medio de la tragedia, con la
sangre caliente y el dolor en el corazón y el espanto en las retinas debemos
como comunidad de pensamiento (la masonería) reflexionar en profundidad sobre
el mundo que estamos desarrollando.
En nombre de la religiones,
cristianas, mahometana, o de cualquiera otra, podemos decir que han
muerto miles de seres humanos, pero si queremos analizar este tema debíamos
irnos a tiempos pasados, muy lejanos… por los que nadie hasta ahora ha
perdido perdón por tanta barbarie y ponzoña, aunque no deja de ser cierto que
la historia se cuenta como se cuenta, y los defensores del Islam ha
aparecido la mayor parte de las veces como bárbaros del Sur que arrasaban
pueblos y nuestra civilización , mientras nuestros Cruzados han sido valerosos
Caballeros de noble espíritu a los cuales aún ensalzamos incluso en algunos
lares masónicos se recrea su espíritu, retorciendo la historia para ajustarla a
una serie de valores que habría que ver hasta qué punto nos hemos inventado
para crear un imaginario de cuento de fantasías lleno de guardianes del
sacrosanto espíritu occidental.
Tal vez en este artículo se
revele mi ascendencia morisca y me revele por ese continuo maniqueísmo de
contar la historia en base a buenos y malos, aunque no por ello
dejo de reconocer que la barbarie venga de donde venga, política o religiosa,
es siempre barbarie y es repugnante y condenable, todo atentado, por algo
que aún no entendemos y que no solo se produce en Europa , sino que el mundo árabe
también está sufriendo ese mismo esquilme en su misma población.
Y no llegamos entender que lguien
que vive a nuestro lado, que convive codo a codo en una sociedad dura para con
todos, de repente se vuelven lobos solitarios, que
muerden con rabia la mano que les ha sustentado, no hablo del estado, sino de
la convivencia del día a dia, y todo eso sucede de la noche a la mañana.
Algo hemos hecho mal y seguimos haciéndolo aquí y allá para que se vayan
generalizando este tipo de acciones.
Debemos mostrar una
condena sin paliativos, tal como dice Jean Francesc Pont , sin
enarbolar comunidades ni étnicas, ni religiosas ni políticas, pero dicho esto
no debemos olvidar la corresponsabilidad que tenemos en multitud de casos, por
nutras pasividad en múltiples conflictos ante los cuales hemos cerrado
los ojos como fue la permisividad que hubo con la erradicación de los
musulmanes en las tierras Bosnia-Hergovina, o los conflictos de Afganistán,
o Siria…, que han ido creando un juego sucio y solapado de
intereses políticos y económicos, en un juego de estrategia que ha
desembocado en un negocio del odio montado o disfrazado de religión que se
inserta en esa aseveración que hacía el premio Nobel en física Steven
Weinberg: “La religión es un insulto a la dignidad humana.
Con o
sin ella, se encontrará buena gente haciendo cosas buenas y gente malvada
haciendo cosas malas. Pero para que la gente buena haga cosas malvadas, se
necesita la religión”, religión como excusa.
No debemos perder de vista que
estas situaciones traen consigo , no solo la barbarie contra la barbarie, sino
también la puesta a punto de un sofisticado sistema coercitivo que va
recortando las libertades que Occidente ha ido conquistando, ya se habla de
condenas por consultar o ver fuentes yihjadistas”, este tipo de
declaraciones y de planteamientos en caliente, sin reflexión, sin
consenso, debieran ser condenables desde las instancias políticas, y sociales
ya que al final conlleva a la aparición y aumento de
cristianos-fascistas o mahometanos-fascistas, en una intensa compleja situación
mundial muy viciada, donde de poder y religión es toda una estrategia de
terrorismo social.
Nadie puede entender como de la
noche a la mañana pueden aparecer fenómenos como Al Qhaeda, o el Estado
Islámico, que se comen tierras y países, y las conciencias de tantos jóvenes
autóctonos y occidentales que no dudan en rebanar el cuello de otros seres
humanos en nombre de la religión, un Estado Islámico que ya gobierna a
ocho millones de personas, que tiene todo un ejército y enseña su bandera y
bandería de la forma más trágica posible, y todo ello sostenido desde
comunidades religioso –políticas eminentemente provenientes del Golfo, en las
que estamos insertados como sus aliados y metidos de lleno querámoslo o no en
su guerras de sunitas
contra chiíes.
Pero no todo se puede cargar
sobre el mundo occidental, también las comunidades árabes, y musulmanas (suníes
y chiíes) deben salir a la calle, y deben decir BASTA , porque de lo
contrario ese gran lobo que es el terrorismo religioso nos irá devorando a
todos, nos irá poniendo en contra unos de los otros, y entonces sí que
tendremos un gran problema.
No es que solo se reúnan los
lideres mundiales en las Conferencias de Paz, sino que las comunidades
sociales, religiosas del mundo musulmán deben también decir BASTA, no se pueden
acoger al miedo, o a esa historia de que ellos son la parte débil del eslabón,
porque entre todos han convertido al Oriente Próximo en el tablero
de juegos religiosos, entre bandos religiosos, con mucho trasfondo
político, que han sido campo de abono para cuestiones como las que
estamos asistiendo y hemos vivido apenas unas horas.
El mundo musulmán, las
comunidades árabes, las mezquitas, deben decir BASTA, y desde ese dolor, desde
esa solidaridad empezar a presionar y caminar para poder en la medida que se
pueda emprender de su mano el cambio de signo de ese tour
de force en el que nos hemos visto metidos, uno y los otros, sin esa
muestra de dolor, de cansancio y repulsa por parte de la comunidades religiosas
y étnicas de mundo oriental, el mundo occidental seguirá en esa escaleta de ver
pérdida una guerra ficticia que puede devorarnos a todos en la vorágine
política-religiosa que se está creando.
La masonería como think tank que representa la masonería
en el orbe mundial debe reemprender el camino de la reflexión sobre asuntos
como este, estudiar los hechos, deslindar linderos, religiosos y políticos, y
empezar a elaborar en el tanque del debate interno de las logias una
pléyade de reflexiones que podamos presentar en los foros internacionales como
una aportación del mundo de la reflexión. Esta puede ser una buena ocasión.
En todo caso la reacción como masones ya se ha dejado notar en perfiles personales de masones, de logias y de Obediencias esapañolas.
La GLE en su perfil de Facecook ha reaccionado rápidamente
Igual ha hecho la GLSE en su perfil de Facebbok
Víctor Guerra
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